Aunque hay diferentes formas de instalar aplicaciones en Linux, la más fácil es instalarlos desde el Centro de Sotware que tenga tu distribución. Es un repositorio de apliaciones, ya preinstalado en tu distribucion (tipo Android Play Store, para que lo entiendas). Te permite buscar, instalar y desinstalar aplicaciones, las cuales están divididas en categorias, para una mejor ordenación, y facilitarte las búsquedas y su uso.

Existen programas que cuentan con versiones para Windows y Linux, pero son las menos. La mayoría de programas de Windows no cuentan con versión para Linux, aunque sí podemos encontrar en Linux otros programas (con otro nombre) que realizan la misma función que los de Windows. En particular, la suite Libreoffice, está compuesta por (entre otros) un procesador de textos, una hoja de cálculo, y un programa de presentaciones, con una altísima compatibilidad con Microsoft Office.

La mayor parte del Kernel Linux está formada, precisamente, por controladores, por lo que lo más habitual es que no tengamos que hacer nada por nuestra parte; la distribución de Linux que tengamos instalada o vayamos a instalar, se encargará automáticamente de instalar todos los drivers necesarios durante el proceso de instalación. Y si hubiera más de un driver disponible, puedes elegir cual de ellos quieres instalar.

Salvo que utilices periféricos muy complejos, o con características muy especiales, no vas a tener ningún problema en que tu equipo gestionado por Linux, reconozca y maneje de manera automática, cualquier periférico: ratón, teclado, monitor externo, impresora usb, llaves USB, disco duro externo, DVD externo…

Puedes gestionar prácticamente todo desde la interfaz gráfica de usuario, por lo que no necesitarás teclear ningún comando en la terminal. Ya sea instalar nuevo software, ejecutar aplicaciones, o incluso actualizar el sistema.